El Paseo

El PAseo se encuentra ubicado en el predio de 2 manzanas, que ocupaba la antigua Terminal de Ómnibus. Cuenta con 43 mil metros cuadrados de superficie, 115 locales, dos niveles de cocheras cubiertas para 500 autos, 6 salas de cine con la última tecnología de sonido Dolby Atmos y un Centro Cultural para 1200 personas.

Este imponente Paseo contempló en su realización la apertura de la calle Rawson de la ciudad de Mar del Plata, lo que colaboró en la circulación de la zona. Además, incluye dos plazas públicas y en una de ellas se ubica la Escultura de Botero: Dama Reclinada.

Un Centro Cultural para exposiciones, muestras, charlas y diversos eventos, con lugar para 1200 personas y 20 salas acondicionadas para 30 personas. La Escultura de Fernando Botero “Mujer Reclinada” jerarquiza la ciudad y se ubica entre el nuevo shopping y el remodelado edificio de la antigua terminal. Es una obra realizada en bronce, como todas las producciones del artista colombiano más internacional y cotizado en la actualidad. El artista se ha destacado como escultor y pintor, interesado en la figura humana. Sus figuras son siempre orondas, contundentes, rebosantes de curvas. Mientras que suelen tener brazos y piernas diminutos en comparación con el resto del cuerpo, los rostros de sus personajes suelen estar estereotipados, para no personalizarlos. Todas estas cualidades se pueden observar a lo largo de la trayectoria artística de Botero, y es lo que se ha llamado “boteromorfismo”.
El Centro Comercial abarca dos grandes niveles con circulación anular y una diversidad de tamaños y formas de locales, donde predominan las amplias y luminosas vidrieras. Contiene más de 130 marcas de indumentaria para hombres, mujeres y niños, artículos para el hogar, calzados, accesorios y perfumería. Además, cuenta con un patio de comidas con excelente propuesta gastronómica y cafetería, luminoso y con una vista espectacular.

En El PAseo se puede disfrutar de la mejor sala de cine de la provincia de Buenos Aires, con la última generación en sonido Dolby Atmos. Seis salas de cine que suman más de 1200 butacas, con promociones exclusivas y las mejores películas de la cartelera.





Centro Cultural

El Centro Cultural Estación Terminal Sur, se encuentra ubicado en el predio donde funcionaba la antigua Terminal de Ómnibus de Mar del Plata que data de los años 1886 – 1910.

Este espacio cuenta con una sala de exposiciones para 1200 personas y 20 salas acondicionadas para 30 personas, donde se desarrollan actividades tales como muestras, exposiciones, charlas y diversos eventos.

En su imponente plaza seca que une el Centro Comercial con el Centro Cultural, se ubica la Escultura Dama Reclinada de Fernando Botero. Es una obra realizada en bronce, como todas las producciones del artista colombiano más internacional y cotizado en la actualidad. El artista se ha destacado como escultor y pintor, interesado en la figura humana. Sus figuras son siempre orondas, contundentes, rebosantes de curvas. Mientras que suelen tener brazos y piernas diminutos en comparación con el resto del cuerpo, los rostros de sus personajes suelen estar estereotipados, para no personalizarlos. Todas estas cualidades se pueden observar a lo largo de la trayectoria artística de Botero, y es lo que se ha llamado “boteromorfismo”.

Historia de la Estación Mar del Plata Sur

La historia de la vieja terminal de ómnibus marplatense comenzó el 26 de septiembre de 1886, cuando el entonces gobernador bonaerense, Dardo Rocha, autorizó la extensión de la línea ferroviaria que unía Plaza Constitución con Maipú. Esto significa que el primer destino del edificio de la terminal fue pertenecer al Ferrocarril Sud. La estación, que se llamó Sur, fue inaugurada el 10 de diciembre de 1910, una vez que finalizaron los trabajos para extender el ramal ferroviario.

El arquitecto Jules Dormal, creador del edificio de la vieja terminal, fue el mismo que concluyó las obras del Teatro Colón, luego de la muerte de Vittorio Meano, su hacedor original, quien fue asesinado por su ex mayordomo Juan Passera, presunto amante de su mujer, Luisa Meano. Dormal participó de otras grandes obras en Buenos Aires, entre ellas la construcción del Congreso Nacional y coronó su trayectoria en la ciudad de Mar del Plata con la vieja terminal. El edificio fue proyectado, como dijimos, por Julio Dormal y como está incompleto con respecto al proyecto original, el mismo quedó asimétrico. Es de estilo ecléctico, utilizando recursos de varias corrientes estilísticas.

El edificio no tenía al principio el aspecto exterior actual, sino que mostraba muchos adornos, especialmente en la torre del reloj rematada por un cupulín y en las dos cúpulas de los extremos del frente sobre la calle Alberti que tenían pizarra y ojos de buey. Años después, en coincidencia con la demolición de la Rambla Francesa y su reemplazo por el Casino de Bustillo, para seguir la moda de la arquitectura despojada que se impuso por la aversión a todo lo antiguo que se desató en esa época, el frente del edificio fue modificado y quedó con el aspecto mucho más liso y sobrio que presenta en la actualidad.

El proyecto original preveía la fachada principal sobre Sarmiento, donde pasaba el tranvía, con dos alas a cada lado de la torre del reloj y una cúpula en cada extremo. El ferrocarril decidió construir solamente el ala del lado de Alberti y dejó la otra en suspenso, como ampliación prevista para cuando hiciera falta. Por lo tanto, la torre del reloj quedó en el extremo del edificio, por lo cual le brindó un aspecto asimétrico no común en esa época. El espacio no construido quedó reservado y existió en su solar una cancha de básquetbol. En sentido práctico, el edificio fue concebido al revés, ya que la mayoría de los pasajeros siempre llegó (y aún llega) por el lado de la calle Las Heras, cuyo frente da hacia el centro de la ciudad. El uso corriente transformó en fachada principal a la de Alberti y en acceso más usado al ubicado en esa calle, que en realidad había sido planificado como secundario. Asimismo, el paredón sobre Las Heras fue demolido, por lo cual toda la estación quedó visible desde la calle. En tiempos del ferrocarril, ese paredón resguardaba su intimidad y ocultaba sus movimientos a los transeúntes. La planta del edificio tiene forma de “L”, y se desarrolla en dos niveles. En la esquina de Sarmiento y Alberti presenta un remate en cúpula y el cuerpo principal tiene un acceso que se compone de arcadas y columnas que generan una recova. Sobre la fachada de la calle Sarmiento tiene una torre-reloj.

En el centro del edificio hay una gran estructura de hierro que cubre el hall principal.

El reloj de la torre es de origen inglés, de la firma Gillett & Johnston, una empresa que se dedica a hacer relojes y campanas desde 1844. Su máquina ha tenido que ser mantenido desde su colocación. Los servicios de limpieza y arreglos de la máquina aparecen escritos en las paredes internas de la torre, hay escrituras desde el año 1913. Las dependencias del primer piso fueron usadas, durante muchos años, como oficinas estatales de transporte. Hacia 1965 funcionó allí el Registro Provincial de las Personas, hasta que fue mudado cuando el personal se negó a entrar por temor a un derrumbe. Es decir que en ese edificio hasta se celebraron matrimonios...

En las dos manzanas comprendidas entre Garay y Alvarado, luego de desmanteladas las instalaciones ferroviarias, hubo circos y parques de diversiones. Más tarde sus terrenos fueron loteados y vendidos igual que el espacio que ocupaban las vías, cuyo sector de trinchera fue rellenado. La venta fue dispuesta por los Decretos 15054/50 y 6918/55.

Pueden encontrarse todavía algunos restos del paredón primitivo de la estación en la vereda par de Las Heras, en las dos cuadras que van de entre Garay y Alvarado. Uno de los pilares del portón de la entrada de vehículos de Las Heras casi esquina Alvarado aún existe y forma parte de la entrada a la playa de estacionamiento del hotel gremial de la Federación Gráfica Bonaerense. Aún tiene empotrados un guardacanto hecho con un riel y los sostenes de las bisagras confeccionados a partir de eclisas en desuso.

Recién se convirtió en terminal de ómnibus en 1950, tras la estatización de los ferrocarriles, el intendente municipal Pereda remitió a la Dirección Nacional de Transporte una solicitud para eliminar el servicio ferroviario de la Estación Mar del Plata Sur. Fue aprobada y durante el año siguiente fueron retiradas las vías. Poco después se destinó el edificio, con la parte de las plataformas que va desde la calle Alberti hasta Garay, a cumplir funciones de terminal de ómnibus de larga distancia. Los ómnibus hasta esa fecha llegaban a instalaciones separadas propias. Había una en el lote triangular de San Martín, Mitre y Diagonal Pueyrredón (frente a la catedral), otra en Bolívar y Córdoba (en un edificio que aún subsiste y está ocupado el sector con frente a Bolívar por una cochera y el que da a Córdoba por el sindicato Unión Personal Civil de la Nación) y otra en otro terreno triangular ubicado en Av. Independencia, Bolívar y Diagonal Pueyrredón (La entrada de vehículos de la caja especial para automóviles que fue del Banco de Italia y ahora es de la Banca Nazionale del Lavoro coincide con la de los ómnibus, aunque el edificio es nuevo). No olvidemos que los vehículos eran en esa época mucho más chicos que ahora.

En principio se usó para los ómnibus la entrada de automóviles que ya tenía la estación y para las paradas la plataforma del andén 1. La única adaptación a su nuevo destino fue el retiro de los rieles y la colocación de un cartel sobre el frente de la calle Alberti que decía Terminal de Ómnibus Presidente Perón. Las autoridades emergentes de la Revolución Libertadora de 1955 se apuraron a retirar el nombre, sin realizar ninguna otra mejora. Años después se habilitó otra entrada para ómnibus por el lado opuesto y se utilizó al andén 3 para las nuevas paradas. Las marquesinas originales fueron retiradas y se cubrió todo con un techo parabólico sostenido por las mismas cabriadas y columnas. El espacio de las vías principales fue pavimentado y se construyeron allí locales comerciales.